Es una búsqueda interior profunda que busca entender qué es lo que mueve e inspira a una persona en un nivel fundamental. La respuesta puede proporcionar una dirección vital para el futuro y ayudar a las personas a vivir vidas más significativas y satisfactorias.
La pasión es la fuerza que impulsa a las personas a dedicar tiempo y energía a algo que les importa profundamente. La pasión puede ser tan diversa como las personas mismas y puede encontrarse en cualquier área de la vida, desde las relaciones y la familia hasta la carrera y los hobbies. Pero, ¿por qué es tan importante para las personas entender qué les apasiona?
Según Self-Determination Theory (Deci & Ryan, 1985; Ryan & Deci, 2000), las personas tienen una tendencia innata hacia el crecimiento y desarrollo y buscan satisfacer tres necesidades psicológicas básicas: autonomía, competencia y conexión social. Identificar y seguir las pasiones puede satisfacer estas necesidades al permitir a las personas hacer lo que aman (autonomía), ser buenos en ello (competencia) y compartirlo con otros (conexión social).
Además, la investigación sugiere que las personas que persiguen sus pasiones tienden a tener una mayor satisfacción en la vida y a disfrutar de un mayor bienestar (Vallerand, et al., 2003). De manera interesante, estos beneficios pueden surgir tanto de la pasión en sí misma como del sentido de propósito que puede proporcionar. La pasión puede proporcionar un sentido de propósito al dar a las personas una razón para levantarse por la mañana y energía para enfrentar los desafíos de la vida.
Entonces, cuando una persona se pregunta «¿Qué me apasiona realmente?», está buscando más que simplemente un hobby o una actividad que disfrute. Está buscando una fuerza motriz que pueda dar forma a su vida, proporcionar un sentido de propósito y satisfacción, y conectarla con los demás de una manera significativa.
Por supuesto, encontrar la respuesta a esta pregunta puede no ser fácil. Puede requerir una introspección profunda, la disposición para explorar nuevas experiencias y la valentía para seguir el camino que uno descubre, incluso cuando se desvía de las expectativas de la sociedad o de los demás. Pero, como sugiere la investigación, la recompensa de vivir una vida apasionada puede valer bien el esfuerzo.
Una Gran Historia
Había una vez un hombre llamado Pedro. Durante años, Pedro había seguido el mismo camino predecible que muchos toman. Estudió en la universidad, consiguió un trabajo en una gran corporación, y lentamente ascendió en la jerarquía. Pero a pesar de su éxito aparente, siempre se sentía insatisfecho, como si algo le faltara.
Un día, Pedro se encontró a sí mismo mirando por la ventana de su oficina, preguntándose por qué, a pesar de tener todo lo que se suponía que debía querer, se sentía tan vacío. En ese momento, una pregunta cruzó su mente: «¿Qué me apasiona realmente?»
Se sorprendió al darse cuenta de que no podía responder. A lo largo de los años, había estado tan enfocado en cumplir con las expectativas de los demás que había olvidado sus propios sueños y deseos.
Inquieto, Pedro decidió tomarse un tiempo libre. Viajó a lugares remotos, se sumergió en diferentes culturas, y probó una variedad de actividades nuevas. Durante este tiempo, también reflexionó mucho, pensando en lo que realmente disfrutaba y lo que le importaba.
Un día, mientras estaba en un pequeño pueblo de montaña, Pedro se encontró a sí mismo ayudando a la comunidad local a construir una escuela. Se dio cuenta de que se sentía más vivo y satisfecho que nunca. No era solo el trabajo físico lo que le encantaba, sino la sensación de estar haciendo una diferencia, de contribuir a algo más grande que él mismo.
Pedro se dio cuenta de que lo que realmente le apasionaba era ayudar a los demás. Recordó cómo, cuando era niño, siempre había sido el que organizaba las recolecciones de alimentos y las iniciativas comunitarias. Pero en algún lugar del camino, había olvidado esa parte de sí mismo.
Al volver a casa, Pedro dejó su trabajo en la corporación y fundó una organización sin fines de lucro centrada en construir escuelas en comunidades desfavorecidas. Fue un camino difícil y estuvo lleno de desafíos, pero a Pedro no le importaba. Por primera vez en su vida, se sentía verdaderamente feliz y satisfecho.
La historia de Pedro nos enseña la importancia de buscar lo que realmente nos apasiona en la vida. Nos recuerda que a veces, el camino hacia la verdadera satisfacción y el propósito no siempre es el más obvio o el más fácil. Pero si tenemos la valentía de hacer las preguntas difíciles y seguir nuestras pasiones, podemos vivir vidas que son significativas y enriquecedoras, no solo para nosotros, sino también para los demás.